Tenía muchas ganas de visitar el parque, y por fin la lluvia cesó el sábado por la mañana y pude acercarme. Este maravilloso paraje fue comprado por la Duquesa de Osuna en 1773, convirtiéndolo en su casa, lugar de paseo y recreo.
Cuando nos adentramos en el Jardín del Capricho debemos estar preparados para las sorpresas. El propio trazado es laberíntico. Caminando por sus avenidas y senderos podemos descubrir caprichos tan fascinantes como un abejero, un fuerte, un embarcadero, una ermita, una gruta secreta, la casita de la vieja o un templo dedicado al dios Baco.
El Capricho se convirtió en uno de lugares más divertidos del momento. Eran famosísimas sus fiestas que se iniciaban con la llegada de la primavera. Reyes, nobles, escritores, poetas y pintores disfrutaron en sus jardines de espléndidas veladas musicales, bailes elegantes y juegos de lo más variado.
Como curiosidad, comentar la existencia de un bunker. Durante la guerra civil el general Miaja estableció en su subsuelo su cuartel general, para lo cual fueron excavados túneles y galerías de gran extensión.
En 1985 el ayuntamiento de Madrid lo compró y comezaron las reformas, que continúan hoy en día. Está estupendamente cuidado, sólo abre los fines de semana, no está permitida la entrada de perros ni bicis y hay un número máximo de visitantes al día. Un rincón de Madrid que es un gusto para los sentidos.
Casita de la Vieja, con frescos en el interior de influencia pompeyana

Exedra en honor a la duquesa de Osuna, con esfinges alrededor, en la plaza de los Emperadores

Laberinto por donde correteaban los invitados

Palacio
Templete en honor a Baco, dios del vino y la fiesta 
Fortín donde se jugaba a las batallas. Al lado, el embarcadero donde los invitados subían a barcas, y a través de la ría, llegaban al Casino de Baile
Vista panorámica de un rincón del parque
Ermita, donde vivían dos ermitaños auténticos
Casa de cañas en el lago, de influencia oriental
Cisnes con crías en el lago
Casino de Baile, con la estatua de un jabalí y las escaleras con dos bifurcaciones: por una subían las damas y por otra los caballeros
