Esto es un comentario general por las experiencias personales que estoy
viviendo últimamente, tanto con empresas privadas como con la Administración
Pública. En vez de tomarse a bien que les indiques educadamente errores,
cosas que están realizando mal o temas a mejorar, se indignan, te
mienten, echan balones fuera, te ningunean, se burlan de ti, se ríen,
faltan al respeto y otros mil desprecios inimaginables.
Dan ganas de
decirles que se quiten de ahí, que tú trabajas mejor y además agradeces y
harás lo que esté en tu mano para que todo sea óptimo. Esta reflexión
ha surgido al ver esta imagen con el proverbio chino.