Desde el gran aula que ocupamos, que sirve para actividades deportivas como yoga o taichi, nos sentimos cómod@s, sobre todo por esos ventanales que dan al hermoso parque, nuestra ventana física al mundo. Tenemos dos ventanas en este taller, la que da al exterior, que ilustro con unas fotografías, y la que nos hace mirar a nuestro interior, la que pone un stop a las prisas diarias y nos invita a escribir. Es esta ventana la que nos arranca lo mejor que llevamos dentro y nos anima a compartir con el resto leyendo en alto. Después saboreamos mejor esos pequeños-grandes relatos que salen del alma de cada un@ cuando nos los enviamos por correo electrónico, haciéndonos cómplices y llenándonos de alegría e ilusión por haber encontrado una fórmula mágica para conectar entre personas tan diferentes. Unos escribiendo nada, como es mi caso, otros escribiendo poquito, otros siendo aplicad@s y haciendo los deberes semanalmente, pero tod@s con el gusto común por la lectura y el maravilloso universo de la literatura. Ojalá esta ventana siga abierta y ventilándonos por mucho tiempo. :)
Mesa en el aula alrededor de la que se desarrolla la clase. A la derecha los enormes ventanales al parque
A la izquierda de esta foto se aprecian los ventanales de antes, pero por fuera. El paisaje es precioso, y esta vez estaba espectacular con la nieve
Te falta haber hecho una foto del espejo de la clase.
ResponderEliminarUn Besote
Eva
Eva, muy bueno...La haré el próximo día y la añado, aunque tampoco quería sacarla porque yo misma saldría reflejada :D
ResponderEliminarBesazos