MARÍA EUGENIA MORRO GERAS
Así que me siento, cojo las pipas y la horchata, y enciendo el reproductor. En esta ocasión las dos horas y pico se me pasan volando. "Harakiri" (Seppuku, 1962) de Masaki Kobayashi, es una película japonesa que aguanta perfectamente estos cincuenta años desde que se rodó, la podría ver dentro de otros cincuenta y seguramente me parecería igual de magistral. Cuando termina ato cabos, y creo que la tenía porque de los clásicos, sólo había visto películas de Kurosawa, Ozu o Mizoguchi.
Es una historia ambientada en el siglo XVII, en un momento en que las turbulentas guerras civiles han cesado, miles de samurais no tienen trabajo y malviven en la miseria. El protagonista, Tsugumo, un ronin casi indigente, decide ir a casa de un rico señor, para pedirle llevar a cabo en su mansión el ritual del harakiri (sepukku en japonés), pues prefiere morir con honor que seguir en la más absoluta pobreza. Ese es el punto de arranque de la historia, donde no sólo va a haber narraciones en flashback, sino que a partir de ahí, se van contando una serie de hechos, con un ritmo especial, una tremenda fuerza visual y una maravillosa fotografía, consiguiendo de una manera extrañamente "tranquila", mantener la intriga de lo que va a suceder.
Destaca de una manera sobresaliente la interpretación de Tatsuya Nakadai, que no me parece japonés, con esos ojos tan redondos.
La película da mucho que pensar, pues se cuestiona el Bushido, el código de honor de los samurais, además de tratar del orgullo, el amor, el sacrificio, las dificultades para salir adelante, la valentía, la hipocresía, la compasión y otros sentimientos universales.
Lo malo de ver estas "rarezas", es que después no las puedes comentar con nadie, por eso me voy a filmaffinity a mirar las críticas. Hay una que me ha hecho especial gracia, me puse a reir a carcajadas, porque está escrita por un vacilón, alguien a quien le ha gustado la película pero la cuenta como si estuviera hablando un chaval de 18 años en el botellón del parque :D. Es un SPOILER como una casa, así que si no quieres saber nada del argumento, ya sabes, no pulses.