Solamente hay que cruzar una pequeña carretera, y enfrente del edificio, están estos jardines, que no siempre se pueden visitar, pues el resto de veces que he pasado estaban cerrados.
Datan del siglo XVIII y son de estilo neoclásico de trazado hipodámico.
En ellos se puede pasear tranquilamente, pues no hay agobio de gente, en un lugar muy cuidado y lleno principalmente de acebos, a veces tan difíciles de ver si no es cerca de la sierra. Los cuidados bojs o arbustos que pueblan todo el recinto son dignos de admiración, pues tienen formas redondeadas, rectangulares, semicirculares y laberínticas que recuerdan que estás en un lugar de disfrute para reyes.
Fachada principal de la Casita del Príncipe. Justo enfrente se encuentran los jardines
Nada más entrar, si nos fijamos a la derecha, están las traseras de las casas de militares, cuya fachada tienen personalizada al gusto, pero la parte posterior es uniforme para respetar la fisonomía de los jardines
Mirando a la izquierda se ven las bonitas rosas blancas, el césped y boj perfectamente cuidado, y junto a la pared oeste, diferentes árboles como este elevado pino
Una visión central bajando por las escaleras que conducen al segundo nivel, el más grande
Al terminar de bajar las escaleras, que las hay por ambos lados, se llega a esta bonita fuente, que en esos momentos no echaba agua
Un magnífico acebo, la especie de árbol más abundante
Uno de los paseos, en primer término con acebos más pequeños, y a continuación más árboles que hacen evadirse al paseante de sus preocupaciones diarias
Al llegar al fondo del boulevard anterior, me encuentro con esta puerta, que es la que cierra los jardines por el fondo. Si se mira por las verjas se verá que al otro lado se encuentra el paseo del Manzanares, el sendero del río frecuentado por los paseantes; se oye el sonido del agua
Curiosas ramas enrevesadas, como formando un muelle
¡Ays, qué bien se está debajo de esta frondosidad! Adiós calor, el reposo para quien se sofoca bajo el sol
Detalle de las hojas de un acebo
Los cuidados y recortados bojs formando diferentes formas, recuerdan a los laberintos de La Granja o Versalles
La anterior foto se encuentra en este conjunto que se ve desde el nivel superior
Acebo, otros árboles tipo acacias, arbustos y la misteriosa niña de rosa en mitad del paisaje :)
Esta foto está rotada 90º a la derecha con la intención de que se vea cómo el tronco adopta la forma natural de un corazón ♥
Más ramas enormes retorciéndose sobre sí mismas
De regreso a la entrada principal, se ven los dos niveles de los jardines, uno más pequeño a la entrada y el amplio de la finca
Un pino muy alto, pegado a la pared de la izquierda
Antes de irme de estos maravillos jardines, una última vista atrás para que se quede en la memoria el hermoso paisaje de esa mañana
Me ha gustado mucho tu descripción gráfica y visual de esos queridos jardines, no siempre bien conocidos. Como pardeño, aunque ya no vivo allí, me ha alegtado verlo.
ResponderEliminarEnhorabuena y un saludo
La verdad que son tan desconocidos que no había estado nunca, y llevo yendo a El Pardo desde niña. Gracias por pasarte, Ángel, no hay mejor halago que el reconocimiento de alguien que conoce bien el lugar.
EliminarSaludos cordiales.