Era guapo, moreno, de ojos castaños profundos, sonrisa luminosa y cuerpo atlético. En 1º de BUP todas las chicas de otras clases circulaban por la nuestra para ver al doble de Anthony Delon.
Para mí era el muchacho que se sentaba delante, que a veces era compañero y otras me hacía de rabiar. Compartíamos la afición por el baloncesto, él era del equipo de chicos y yo del de chicas. Nos veíamos en las canchas, en los partidos de los sábados. A pesar de no ser muy alto, tenía unas estupendas dotes para destacar en este deporte. Y así pasaron los años hasta que finalizó COU.
Pasó el tiempo, y como vivía en el mismo barrio, nos encontramos de casualidad cuando teníamos 19 o 20.
- Que guapa estás
- A ti también te veo muy bien.
- ¿Qué te parece si quedamos a tomar algo?
- Vale, anota mi teléfono.
Según me contó, él había salido de una relación seria muy dañado, estaba en tratamiento para poder superarlo, aunque ya se encontraba mucho mejor y seguía sus estudios de ingeniería industrial.
En nuestras citas por zonas de marcha o bares del barrio, se venía siempre una amiga de carabina, porque era muy vergonzosa y no me atrevía a quedar a solas con él. El pobre chico aguantó carros y carretas, porque seguramente tenía muy claro que ese no era su plan ideal, pero yo vivía sumida en la más absoluta inocencia e inopia.
Cruce de postales en verano y navidades. Los avatares de la vida hicieron que en un año o dos no volviera a saber nunca más de él. Después de muchísimos años, me despierto soñando con su persona, apareciendo en mi mente una imagen agradable y cercana. Pienso en rebuscar entre las viejas cartas amarillas para obtener su dirección, ponerme en contacto, escribirle y saber qué ha sido de su vida, qué tal le va...Desisto de esa idea.
Da la sensación de que todo el tiempo transcurrido no ha sido más que una espesa bruma, y que jamás avancé de los 20. Y en este gran paréntesis, asombrada por mi estupidez juvenil, a estas alturas, me doy cuenta de que le echo de menos, de que perdí la oportunidad de conocerle mejor, y de que sin darme cuenta, le quería.
Para mí era el muchacho que se sentaba delante, que a veces era compañero y otras me hacía de rabiar. Compartíamos la afición por el baloncesto, él era del equipo de chicos y yo del de chicas. Nos veíamos en las canchas, en los partidos de los sábados. A pesar de no ser muy alto, tenía unas estupendas dotes para destacar en este deporte. Y así pasaron los años hasta que finalizó COU.
Pasó el tiempo, y como vivía en el mismo barrio, nos encontramos de casualidad cuando teníamos 19 o 20.
- Que guapa estás
- A ti también te veo muy bien.
- ¿Qué te parece si quedamos a tomar algo?
- Vale, anota mi teléfono.
Según me contó, él había salido de una relación seria muy dañado, estaba en tratamiento para poder superarlo, aunque ya se encontraba mucho mejor y seguía sus estudios de ingeniería industrial.
En nuestras citas por zonas de marcha o bares del barrio, se venía siempre una amiga de carabina, porque era muy vergonzosa y no me atrevía a quedar a solas con él. El pobre chico aguantó carros y carretas, porque seguramente tenía muy claro que ese no era su plan ideal, pero yo vivía sumida en la más absoluta inocencia e inopia.
Cruce de postales en verano y navidades. Los avatares de la vida hicieron que en un año o dos no volviera a saber nunca más de él. Después de muchísimos años, me despierto soñando con su persona, apareciendo en mi mente una imagen agradable y cercana. Pienso en rebuscar entre las viejas cartas amarillas para obtener su dirección, ponerme en contacto, escribirle y saber qué ha sido de su vida, qué tal le va...Desisto de esa idea.
Da la sensación de que todo el tiempo transcurrido no ha sido más que una espesa bruma, y que jamás avancé de los 20. Y en este gran paréntesis, asombrada por mi estupidez juvenil, a estas alturas, me doy cuenta de que le echo de menos, de que perdí la oportunidad de conocerle mejor, y de que sin darme cuenta, le quería.
Hola querida amiga romántica:
ResponderEliminarCreo que la primavera nos invade a todos y nos intenta llevar al periodo mas agradable de nuestras vidas.Vuelta a la adolescencia o no, es el deseo de estar bien, de sentirse querida aunque no se diga a voces o no este escrito en un papel, entonces y ahora, siempre es lo mismo.
Yo misma hace 2 días, muy consciente busqué la manera de encontrar a mi gran amor, en un pais lejano, sin mas datos que su nombre: misión imposible. Seguramente su vida ha dado tantas vueltas q me marearía, tantas como ha dado mi propia vida.
Este sueño, o deseo de conectar con el pasado solo es la necesidad de encontrar la paz de nuevo en algo o alguien q nos aportó serenidad, felicidad, tranquilidad, o armonía, llámalo como quieras, y q en su día disfrutamos.
Es un deseo primaveral, de renovación, de búsqueda, de vida, .... Me alegro que tengas esos sueños de épocas felices, y que sigas buscando en la realidad la paz de la que, desgraciadamente, solo disfrutamos a veces.
No es una huida al pasado, sino una búsqueda en tu interior de lo q había en esa época. Es parte de tus inquietudes, de la propia vida.
Y te felicito x seguir buscando, en el presente la manera de estar bien, y te animo a q sigas buscando en el futuro la manera de ser feliz :).
Besos.
Rosario, gracias por verlo de esta manera tan positiva, yo lo asociaba más a melancolía.
ResponderEliminarVeo que no soy la única que tiene instintos primaverales, y que tú también has tenido tu "momento" de rebuscar en el pasado, pero mientras sea un deseo de paz y renovación, creo que será bienvenido. Quiero pensar que la vida aún nos depara muchos ratos agradables.
Gracias por tu intensa reflexión.
Besos :******
Melancolia...Que cosas bellas evoca esa palabra...
ResponderEliminarCuando iba a FP habia una chica...Tenia ,como yo, 16 años. Era la cosa mas preciosa que vi y vere en el resto de mi vida. Se llamaba Rocio y me recordaba cosas de cuando aun era mas niño...
Era alta, delgada, tenia un hermoso cabello negro muy largo y rizado...Tenia los ojos muy azules (aunque cuando la esperaba, ella sin saberlo, a la puerte de la academia, solo para verla) con el sol de frente se le ponian muy verdes...
Hubo veces que tome su mismo autobus para ver por donde vivia, aunque nunca consegui saber donde...
Pero me paraba en la zona, en los bares, en los pubs y sobre todo en los parques soñando en cruzarmela....
Comprendo muy bien los amores frustrados de adolescentes :((((
Un beso...
Realmente no fue un amor frustrado, porque esa persona me correspondía, y tenía mas de 20 años, pero se recuerda con melancolía quizás por la torpeza con que se actuaba y por esa preciosa juventud que no volverá :)
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