Llegamos a Manzanares el Real sobre las 12 de la mañana, Jesús y yo con bastante sueño de haber trasnochado la noche anterior, pero contentos por el estupendo sol que lucía. Confiábamos en Susana, Raúl y Paloma, que habían realizado el muestreo en otoño, y llevaban todo el material minuciosamente preparado y las ideas bien claras sobre qué había que hacer.
El río en los primeros 100 metros, donde hicimos gran parte de las mediciones. Como se puede observar, el agua estaba clarísima.
Me tocó ponerme las botas para meterme en el agua. A pesar de estar a 7 grados, me lo pasé muy bien midiendo la profundidad, recogiendo el corcho para saber la velocidad, y tomando del fondo grava y arenilla para sacar"bichitos". Aunque cubría poco, fue inevitable que al salir me entrara agua por una de las botas y terminara con toda la pierna mojada
Como había varias tiras, y tienen fecha de caducidad, decidimos introducir todas y contrastar el resultado
Consultando manuales, discutiendo diferentes aspectos, observando la vegetación de ribera y dándonos cuenta de que estamos un poco verdes en el tema de árboles. Aún así, con la ayuda de una guía, conseguimos identificar las especies más abundantes. La avifauna brilló por su ausencia, quizás por la cercanía de una carretera, aunque por lo menos pudimos ver hermosas truchas
A las 14:30 un alto para comer. ¡Qué bien sabe todo en el campo, y más con la estupenda compañía! Raúl no pudo resistirse al chocolate, ni yo a los frutos secos de Jesús
El punto donde no nos poníamos de acuerdo, era en el porcentaje de sombra sobre el río. Después de mucho razonar y argumentar, se quedó establecido en un 70%
El muestreo terminó satisfactoriamente, habiendo rellenado todos los puntos y satisfechos de haber pasado una jornada divertida en un entorno natural privilegiado. Ahora queda pasar a limpio las anotaciones de ese día y entregar a Territorios Vivos el resultado de nuestro análisis
Como los días son largos, una vez dejados en el coche los bártulos y mochilas, decidimos aprovechar a caminar dirección La Pedriza, encontrándonos ya con bastante más gente, que nos recordaba que estábamos de mini puente. Después de decidir que volveríamos otro día a hacer esa ruta con más calma, regresamos al pueblo sobre las 8 de la tarde. Había un mercadillo en la plaza, echamos un vistazo, y terminamos en una terracilla tomándonos unos refrescos.
Poco más se puede añadir a lo ya comentado por la autora del reportaje, que no ha dejado nada en el tintero.
ResponderEliminarY además como una imagen vale más que mil palabras, solo hay que ver las fotos para comprobar lo mucho que se puede disfrutar aportando una pequeña colaboración para la conservación del Medio Ambiente.