Tuve que esperar un poco hasta que pusieron las entradas a la venta por internet, pero enseguida la compré, y quince días antes ya estaba como una niña con zapatos nuevos esperando que llegara el día 22 de julio.
El lugar es muy agradable: el auditorio del parque Enrique Tierno Galván. Hay una zona de ocio, donde antes y después puedes tomar algo en las terrazas, y si la película acaba pronto, habilitan después una pequeña pista de baile con DJ. En mi caso, sólo tomé algo antes de la película, pues terminó a la 1:30 am y ya cerraban el recinto, pero el deleite de disfrutar de un clásico como éste, aunque lo haya visto varias veces -poniéndome la chaqueta por el fresquito que corría- con la pantalla de seis pisos y sonido envolvente, justificó los 10 euros de la entrada.
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Qué pantallaza king size; tiene que estar muy bien ver una peli así al aire libre con esa pantalla y mesas para estar con los colegas tomando algo.
ResponderEliminarCreo que como mucho he ido al cine al aire libre en algún pueblo, pero con pantalla modesta, sentados en el suelo y pasando frío. :D
Está bien recuperar los clásicos 'requetevistos' de vez en cuando. A veces lo hago y me sorprende la reacción que me causa ver de nuevo una película después de muchos años.
La verdad que es un lujo esa pantalla, y siempre sacas nuevos detalles de las pelis ya vistas, o tienes sensaciones diferentes. Y tomar algo antes al fresquito también mola.
ResponderEliminarJo, que ratillas los de los pueblos, estar en el suelo, podrían poner aunque fuera sillas de terraza, de esas blancas que las tienen todos los ayuntamientos y cuestan dos duros.